¿Pero cómo no lo has podido ver? Eso es como perder la cabeza, es imposible.
Es que lo necesito. Lo necesito para saber que todavía estoy aquí, que aún no han podido conmigo. Lo necesito para vivir(me).
Ayúdame a encontrarlo.
Debería estar taladrándome aquí dentro, como siempre.
Por miedo
sorpresa
felicidad
nervios
o taladrándome a secas
yo-qué-sé.
Pero aquí, no por ahí perdido.
¿De verdad que no lo has visto?
-Venga, si cuanto antes lo encontremos antes te podrás marchar-
Es que estaba justo ahí.
¿No te acuerdas cómo jugabas con él hace un rato? ¿Lo bien que os lo pasabais los dos juntos? Haz memoria, era contigo con quien más tiempo compartía.
Acuérdate de cómo te gustaba cambiar su ritmo y que por poco se me saliese por la boca,
acuérdate de cómo me lo robabas algunas noches y me lo devolvías por las mañanas con más fuerza que nunca. ¿Te acuerdas ya? Era bonito, ¿verdad?
Bueno, bonito hasta que se te escapó y se rompió en mil pedazos, claro. Es lo que tiene ir por la vida haciendo malabarismos con lo que no es tuyo,
es lo que tiene caerse y en vez de usar una sola mano para agarrarte usar las dos,
soltar la mía,
y que yo sola caiga al precipicio.
¿Pero tú te has salvado, no? Ya, en eso consiste tu vida.
En fin, ¿de verdad que tú no, pero si...
...Mierda.
Ya lo veo.
Lo sabía.
¿Podrías devolvérmelo, por favor? Es que mi corazón es mío y de nadie más.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario