de quererte
de saberte
de tenerte.
Ayer estuve a punto de pisarte los pies en medio del improvisado baile que hicimos en tu salón.
Estuve a punto de cerrar heridas
esconder precipicios
cantar sin miedo.
Ayer estuve a punto de tocarte
el corazón,
tu verdad,
tu lado oscuro.
Ayer estuve a tres latidos de ti,
a dos de grabarte a pulso en mi piel,
a uno de no irme jamás.
Ayer entendí que no es que valgas la pena,
es que tú vales toda la alegría que hay en este mundo.
Y digo ayer refiriéndome a todos los días vividos menos hoy.
Digo ayer sabiendo que mañana dentro de dos días volverá a ser ayer.
Ya ves que tampoco me preocupa demasiado el futuro: en unos días será pasado;
lo que me preocupa es que pasado siempre va a haber: siempre va a haber un ayer,
y en cada ayer vas a estar tú.
Eso sí que me preocupa.
¿Sabes por qué?
Porque ayer estuve a punto de
ti.
-Si puedes, mañana, quédate,
para que pasado esto no tenga ningún sentido
y este casi pero no
se convierta en un
me dejé los labios en tu piel-
2 comentarios:
Tantos "ayer" que no son más que hoy y mañana...
Me dejas con ganas de más, preciosa esta entrada :)
Muchísimas gracias por leerla. <3
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