domingo, 9 de febrero de 2014

Desastres


Me dueles. 
Y este maldito invierno no se acaba nunca.
Y este Domingo se me antoja eterno.

Ya no sé 
si llueve ahí fuera;
o lluevo yo.
Ya no sé 
si hay tormenta
o si eres tú.


Para qué fingir más principios,
si finales sólo hay uno.
Y lo que venga después
serán intentos patéticos
por salvar al primero. 

Como si no hubiésemos tocado fondo;
Como si no nos hubiésemos hundido ya.

Y para qué seguir rompiéndonos.
Y para qué seguir.
Y, para.

Ya no quiero precipicios
si no me voy a subir a ellos
para gritar todos mis miedos

...y matar a los tuyos
uno a uno.




Como si de sentir no se tratase
voy a encontrarme
sin tener que pasar por ti.
Voy a encontrarme
antes de que me vuelvas a perder.







Me dueles.
Y este maldito invierno no acaba nunca.
Y este Domingo se me antoja eterno.


Así que ven 
y haz que deje de llover
-en mí y ahí fuera-.
Ven,
y bésame.








No hay comentarios: