domingo, 19 de enero de 2014

Puedo fingir que no me dueles
a cada instante en que no vienes.
Pero la verdad es que nunca se me ha dado bien fingir.

Puedo pedirle al reloj una tregua
para que deje de marcar
lo tarde que se nos hace 
a cada minuto que no (me) pasa(s).


Puedo poner mi sonrisa
más bonita
y mirar de frente 
a todos los desastres
de la vida.

Puedo tentarte,
mi suerte.
O besar cada uno de tus miedos
y cogerte de la mano 
para así entender el mundo.

Puedo salvarte de tus dudas
y salvar un silencio
a base de caricias.

Puedo llorar pétalos preciosos
por cada rosa
que no me han regalado.

Puedo.
Pero dime,
¿para qué?

Si yo lo único que quiero
es que me saques a bailar.