lunes, 9 de noviembre de 2015


Hay miradas indecentes,
tranquilas,
frías.
Hay miradas alegres,
pesarosas,
sin vida.

Hay miradas que son verdad;
y otras que son mentira.

"Los ojos son el espejo del alma."
No pueden decir nada;
pero saben decirlo todo. 

Hay rostros felices
con miradas tristes.
Hay rostros cálidos
con miradas heladas.
Todo lo demás puede ser un engaño,
pero los ojos nos delatan
para bien o para mal.

Por eso, como hago siempre,
lo primero en lo que me fijé de ti
fueron tus ojos. 
Claros, transparentes,
como tú. 

Salta a tu vista
que eres bueno. 

Tus ojos te delatan dulcemente. 
Y me cuentan que eres y estás libre
de falsedad
traición
o engaño. 
Porque eres bueno.

Hay quien no sabe verlo, o interpretarlo;
o peor: hay quien no sabe valorarlo.
Porque en un mundo en el que reina la maldad,
la bondad parece haberse convertido en defecto. 
Pero a ti eso te da igual.

No voy a decir que queden pocas personas así, como tú;
porque no sé siquiera si existieron algún día. 
Lo único que diré es que existes,
y que yo te he encontrado. 
Y eso, (lo) es todo. 

No es que la bondad sea lo único, 
pero sí es lo imprescindible.
Y es que todo lo demás también importa,
pero el pilar
es la bondad.