domingo, 29 de junio de 2014

Piénsalo.



Ahora mismo un vuelo despega hacia la eternidad
a la vez que ésta aterriza en la vida de alguien. 

Piénsalo. 
En este instante está amaneciendo y anocheciendo, 
algunas flores pudriéndose y otras floreciendo, 
gente haciéndose el amor y otra deshaciendo el amor de su vida. 

Alguien se está retorciendo de dolor,
otros de deseo, 
y quién sabe si de felicidad. 

El mismo viento que levanta faldas, 
vuela tejados; 
el mismo mar que te acaricia la piel,
puede destrozar una ciudad entera.

Piénsalo.
Ahora mismo hay gente quejándose por un partido perdido
y gente perdiendo la vida. 

Un metro está llegando ahora mismo a la última estación, 
una persona a su último latido, 
dos enamorados al último adiós. 

Un chico se baja en la última estación para verla a ella 
mientras ella despega con otro
hacia la eternidad. 
Ahora.

Hay dos personas acostándose,
quién sabe si en alguna azotea,
quién sabe si rozando el cielo. 

Hay una chica soñando con alguien que le salve de los Domingos, 
y ese alguien, con nombre y corazón, 
está levantándose en medio de una resaca de besos, de alcohol y de deseo.
Quién sabe si algún día la casualidad cruzará sus vidas.

Piénsalo. Hay gente jurándose que cambiará de vida, 
gente retomando vicios, volviendo a noches alcohólicas, 
gente cometiendo el error de su vida, 
olvidándose de sonreír,
gente llorando una vida entera,
olvidando sueños,
deshaciendo una vida perdida.

Decidme que entendéis la relatividad
y mentiréis.