viernes, 21 de agosto de 2015

Los pequeños detalles.


No vas a echar de menos las grandes cosas.

No te vas a acordar de aquel caro regalo 
ni de aquella fiesta privada
ni del teatro en Gran Vía.

No vas a extrañar las cenas en ese restaurante
ni las copas de después.

No vas a echar de menos el Retiro
ni el mar 
ni los sitios a los que todavía no habéis ido.



Lo que en realidad vas a echar de menos 
va a ser cogerle de la mano
su olor
hacer el tonto
escucharle reír.

Te vas a preguntar cómo es eso de dormir
sin sus brazos rodeando tu cuerpo.

Vas a extrañar sus besos porque sí
sus abrazos en cualquier sitio 
sus ojos brillando de felicidad.

Recordarás quién eras con él
las cenas en su casa
verle despertar
respirar su respiración;
su pecho.

Vas a echar mucho de menos sonreír sin motivo sabiendo, por supuesto, que el motivo es él.

Y cocinar con él,
perderos juntos,
las películas que solo le gustan a él en el sofá.

Y los paseos en bici,
y la música que siempre suena cuando le miras.


En fin, lo que vas a echar de menos van a ser los pequeños detalles.

La sonrisa con la que abrió aquel regalo
ese baile en aquella fiesta privada
su mano agarrando fuertemente la tuya en el teatro de Gran Vía.

Vas a echar de menos su manera de mirarte mientras cenáis en ese restaurante
y las risas con las copas de después.


Te vas a dar cuenta de que no es el Retiro en sí,
ni el mar,
ni los sitios a los que aún no habéis viajado,
ni los hábitos,
nada...
  
       en realidad es él, contigo. 



Eso es a lo que se resume todo
y lo que de verdad vas a echar de menos
cuando no esté.





1 comentario:

Nana dijo...

No puedo estar más de acuerdo con esta entrada.
Son muchas las veces que también he pensado que no es amor por el mar, el cielo, o las estrellas lo que se siente; sino saber que has disfrutado de todas esas cosas y muchas más porque esa persona especial estaba contigo.
Preciosa entrada, sin duda :)